Los cuatro grandes bloques geográficos de las bolsas mundiales, Norteamérica, la zona euro, Japón y los mercados emergentes, han cerrado el tercer trimestre al alza, acumulando ya en el año, todas ellas, una subida de más de dos dígitos.
Los fundamentos de esta buena evolución bursátil son los excelentes resultados empresariales, que están situados en zona de máximos históricos. No se observa, a medio plazo, que esta situación empresarial vaya a revertir. Tanto a nivel macro, dados los indicadores publicados, como a nivel micro, dada la actividad empresarial observada, se aprecia solidez y continuidad. Algunos inversores se preguntan cómo puede ello coexistir con la presente situación geopolítica, con numerosos conflictos abiertos, bélicos y no bélicos. ¿Sugerirán los bajos niveles de volatilidad que la geopolítica no cuenta para el inversor? El inversor no es inmune a los acontecimientos.
Suele ser un buen conocedor de la realidad y estar bien informado. Por ejemplo, respecto al hipotético conflicto entre China y Taiwán, tema habitual, sabe que las probabilidades de ocurrencia que se le otorgan desde China son infinitamente inferiores a las que se le otorgan desde Occidente. Aun así, los eventos geopolíticos pueden estar drenando una parte de liquidez, destinataria natural de la renta variable y dirigida temporalmente a opciones más conservadoras. En otras palabras, sin los riesgos geopolíticos, las bolsas habrían subido aún más.
Los resultados empresariales justifican sobradamente subidas superiores. Paradójicamente, los riesgos geopolíticos pueden estar reduciendo la posibilidad de una euforia inversora, prolongando, con ello, la temporalidad de las subidas bursátiles.
Artículo publicado en La Vanguardia el domingo, 06 de octubre de 2024.