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La inflación va ganando

En la inflación está la clave. Si persistiera muy baja, unos activos financieros proporcionarían más rentabilidad; si se normalizara en torno al 2% los activos financieros más rentables serían otros distintos, y si se llegara a la hiperinflación, la situación sería nefasta para casi todos.

Contra lo que pudiera pensarse, la clave de la inflación no la tienen los Bancos Centrales, que son los que establecen la Base Monetaria o tamaño de su propio balance. En realidad, la inflación está más correlacionada con otra magnitud diferente, la Oferta Monetaria o dinero en manos del público. La Base Monetaria y la Oferta monetaria están relacionadas por un multiplicador, y son los agentes económicos quienes lo determinan. Veamos, en el Japón de los 90s con una ingente Base Monetaria y unos tipos de interés a cero, las empresas, en lugar de endeudarse más para acometer nuevos proyectos de inversión, se dedicaron a devolver créditos. Prefirieron renunciar a futuros negocios y reducir su riesgo de quiebra, lo cual era lógico dado que tenían unos balances muy débiles. El multiplicador no funcionó, la Oferta Monetaria no creció y no hubo inflación. Algo muy similar ocurrió en la década posLehman.

Para que el multiplicador funcione los agentes económicos deben endeudarse. Vemos hoy como las empresas no sólo han iniciado un ciclo inversor largo, sino que además están financiando sus proyectos con deuda nueva barata, pese a disponer de caja suficiente o precisamente por ello. Desde febrero de 2020 la Oferta Monetaria (M2) ha crecido un 30% en los Estados Unidos y un 23% en la Zona Euro. Cuando una empresa efectúe una inversión, observen cómo la ha financiado. Verán que la inflación va ganando.

 

Artículo publicado en La Vanguardia el domingo 04 de julio de 2021