En 2024 se espera que el número de turistas globales en el mundo, esto es, los que pasan al menos una noche en un país distinto al de su residencia habitual, alcancen los 1.500 millones de personas, constituyendo un nuevo máximo histórico. Todo ello en un contexto mundial con guerras en curso, como la Ruso-Ucraniana, o la de Israel-Hamas, entre otras, y la posibilidad de otros riesgos latentes, como China-Taiwan, etc ¿Cómo es posible?.
Históricamente el comportamiento del turista global ante los riesgos geopolíticos, ha sido el de evitar aquellos destinos problemáticos y focalizarse en el resto. Durante muchos años se podía ir a Rusia de vacaciones sin problemas, y hoy en cambio es un destino que los turistas occidentales no utilizarán. El verano pasado se podía ir perfectamente de vacaciones a Israel o a Jordania, y este año en cambio estos destinos han desaparecido de las preferencias de los turistas. En otras palabras, el turista global está habituado a modificar sus destinos vacacionales en función de la coyuntura geopolítica del momento, aprovechando las ventanas de oportunidad, pero no deja de viajar. Aquellas zonas del mundo más estables son también las destinatarias de un mayor número de turistas. Así, habitualmente, el primer país receptor en número de turistas es Francia, el segundo España y el tercero Estados Unidos.
El fenómeno del turismo global es imbatible. Su crecimiento supera al del PIB Mundial. A modo de ejemplo, un lugar icónico a nivel mundial como es la Sagrada Familia de Barcelona, recibía, en 1992, el año de los Juegos Olímpicos, un total de 658.000 visitantes. Indicar que computan, para este cálculo, sólo los que pagan entrada, no los que dan vueltas en el exterior sin entrar. En 2010, con la consagración de la basílica por parte del Papa Benedicto XVI, se alcanzaron los 2,3 millones de personas. En 2019, justo antes de la pandemia, la cifra alcanzó su máximo, con 4,7 millones de personas. En 2023, se ha repetido el máximo de 2019. ¿Significa esto que el turismo ya está recuperado del todo? No, en 2023 ha seguido faltando el turismo asiático tanto en Europa como en los Estados Unidos.
El turismo chino, dadas sus particulares restricciones pandémicas, pudo efectuar viajes internacionales un año después (2023) que el turismo norteamericano (2022), y está reproduciendo, en gran parte, su andadura. Así, el primer año de apertura, por supuesto que vinieron ya turistas norteamericanos a Europa, pero sobre todo fueron a Méjico. Será por aquello de “si se vuelve a recrudecer la pandemia que pueda volver a mi país por tierra”. En su segundo año de apertura, en cambio, los turistas norteamericanos han inundado Europa, como es bien conocido por parte de todos. Pues bien, el año pasado, el primer año de apertura para los chinos, países como Malasia, hicieron su agosto turístico, mientras que destinos más lejanos como Europa o Estados Unidos, notaron la ausencia de gran parte del turismo asiático. Malasia ha sido para China en 2023 lo que Méjico fue para los Estados Unidos en 2022. Este efecto fue minorándose a medida que se acababa el año con su progresiva vuelta a Europa. De todas formas, en el primer trimestre del año 2024 se espera que el número de asientos internacionales en los vuelos provenientes de China sea aún un 29% inferior al de 2019. Ello podría igualarse ya hacia finales de este año, lo cual provocaría que, de media, el turismo chino pudiera ser en 2024 aún un 15% inferior al de 2019, para superarse sólo en 2025.
En otras palabras, la actividad turística, que se espera que en 2024 supere al año 2023, que fue ya excelente, podría estar del todo normalizada sólo en 2025.
Los servicios, y no los bienes, fueron los principales destinatarios de las restricciones pandémicas. Es normal que en todo el mundo los consumidores mantengan intacto, a día de hoy, un fuerte apetito por los servicios, por las experiencias, por el “outdoor spending”. Así lo reflejan todos los indicadores ISM o PMI de servicios en todo el mundo. No se observa hoy signo de debilidad alguna. ¿Como se financian, sin embargo, estas actividades? Algunos opinaban que se estaba utilizando el ahorro forzado de la pandemia. Nada indica eso, no sólo crece el gasto de las familias, sino también su ahorro. El financiador auténtico son las actuales bajas tasas de paro. En Estados Unidos, su tasa de paro (3,9%), está en zona de mínimos y muy por debajo de su media en décadas (6,1%). Lo mismo en la Zona Euro, con un 6,4%, mínimo histórico, inferior a la media del 9,1%. Finalmente, en el conjunto de países desarrollados del mundo, la tasa de paro es del 4,4%, la mínima histórica, inferior a su media del 6,6%. Los servicios son intensivos en mano de obra, y justo por ello los ingresos medios familiares son los mayores que ha habido nunca.
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Artículo publicado en la revista «Inversión» en número de abril de 2024.