Las empresas son unas grandes generadoras de caja excedente, la que les sobra después de haber efectuado sus inversiones, esto es, la caja potencialmente repartible al accionista. El denominado free cash flow yield o porcentaje del flujo de caja libre de la empresa sobre su capitalización bursátil, mide esta conversión en caja. Es crucial no confundirlo con la rentabilidad por dividendo o porcentaje de los dividendos sobre la capitalización bursátil, la cual es un mero reflejo de una voluntad de reparto. En los últimos veinte años, por ejemplo, las empresas del Nasdaq han repartido un dividendo de solo un 20% de la caja libre generada. En el S&P 500, de un 40%; en el Stoxx 600 europeo, de alrededor de dos tercios, y en el Ibex 35, de casi el 100%.
En las bolsas europeas, el actual porcentaje de flujo de caja libre es algo superior a su media histórica, lo cual es positivo. En las bolsas norteamericanas, sin embargo, este porcentaje es actualmente un 40% inferior a su media histórica. Puede haber dos motivos para ello. O bien la capitalización bursátil –denominador– es demasiado grande, lo cual sería indicativo de la existencia de una sobrevaloración bursátil en Norteamérica, o bien el flujo de caja libre –numerador– es demasiado pequeño. Ello podría ocurrir porque las empresas no generaran suficientemente caja de su negocio ordinario, lo cual no es el caso, o porque estén efectuando unas inversiones inusualmente elevadas. En otras palabras, mientras las bolsas europeas mantienen todo su potencial alcista, las bolsas norteamericanas o bien están caras o bien corren el riesgo de que sus excepcionalmente altas inversiones no generen el retorno previsto. Sigan comprando Europa.
Artículo publicado en La Vanguardia el domingo, 21 de septiembre de 2025.