Los mercados, como suele ser habitual en eventos políticos, están sobrereaccionando a los resultados de las elecciones americanas, ampliando los impactos que teóricamente se producirán en el próximo mandato de Trump. Las rentabilidades de la deuda soberana han saltado especialmente en la parte larga de la curva. Lo paradójico es que esa subida de la rentabilidad de la deuda puede tener una lectura positiva y negativa al mismo tiempo. La positiva es que las políticas de Trump se asimilan a mejoras para las empresas y la economía, y la negativa se justifica en posible crecimiento de déficit público, debido a los recortes de impuestos.
En general, las bolsas están reaccionando positivamente, aunque el Ibex está tomando beneficios, ya que además de estar entre los que más habían subido en Europa, tiene varios valores importantes, más sensibles a esa subida de tipos, como las eléctricas e infraestructuras y además afectados por una economía mexicana y latina, que puede sufrir sus diferencias con EEUU (inmigración y aranceles). El dólar y las criptomonedas también han recibido con ganancias el próximo cambio político.
Entre las medidas que se están discutiendo como potenciales movimientos de Trump, hay algunas favorecedoras de las empresas (como menores o estables impuestos) o negativas (reducción de la inmigración y por tanto mayores costes laborales) y neutras (como los aranceles, que protegen a algunos sectores penalizando a consumidores). Un punto que puede ser positivo para los mercados es la voluntad declarada por Trump de acabar la guerra en Ucrania, aunque habrá que ver si lo consigue y de qué forma. Por ello, creemos que la dirección de los mercados, pasados los primeros días, seguirá respondiendo a las dinámicas más largoplacistas y a los fundamentales de cada empresa y los tipos de interés, incluyendo los oficiales, seguirán, como no puede ser de otra forma, dependientes de la evolución macro. Los movimientos fuertes en la valoración de activos, producidos por las típicas obviedades (como por ejemplo el de empresas de defensa y petroleras favorecidas y renovables y medios perjudicados), tendrán una vida corta y por ello los excesos pueden dar oportunidades de arbitraje.