Xavier Bergé. Responsable de la Correduría y Desarrollo del Negocio de Pensiones
Cuando los besos y abrazos se convirtieron en una amenaza, nos dimos cuenta que algo había cambiado en nuestras vidas.
Fue algo repentino, de un día para otro nuestro entorno se transformó y con él parte de nosotros. Bien es cierto, que se han modificado nuestros hábitos y rutinas diarias, pero en la mayoría de casos se ha aprendido a ver la parte positiva de esta situación y a transformar la amenaza que supone este virus en posibles oportunidades.
Esa transformación, nos ha hecho reflexionar sobre las cosas que realmente son importantes, ha permitido a muchas empresas reinventar sus modelos de negocios, a la población a practicar hábitos de vida más saludables y a ser si cabe mucho más solidarios.
Y con el afán de encontrar esa positividad y esas oportunidades, la volatilidad en los mercados financieros se transforma también desde ser un índice del miedo a un nicho de oportunidades.
La volatilidad es la inestabilidad de los precios en los mercados financieros. Es decir, la volatilidad es lo que varía la rentabilidad de un activo financiero respecto a su medio a lo largo de un período de tiempo determinado.
Tradicionalmente, se ha considerado la volatilidad como uno de los principales indicadores para medir el riesgo en los mercados financieros. A mayor volatilidad, se asume mayor riesgo y viceversa.
Pero esas fluctuaciones, rápidas y extremas son oportunidades para obtener buenos retornos de su inversión a medio plazo. A medida que el precio de las acciones fluctúa, brinda a los inversionistas o gestores de fondos de inversión, la oportunidad de comprar acciones de compañías sólidas y que cotizan con gran descuento en el mercado. Solo hace falta tener un poco de paciencia y esperar la evolución alcista de esos valores en el futuro.
Muchos inversores están aprovechando el momento e invierten su liquidez haciendo de una amenaza (la alta volatilidad), una oportunidad (el mayor retorno de su inversión a futuro). Aprovechemos el momento buscando oportunidades donde otros sólo ven amenazas.
Un símil con el ciclismo
El Covid-19 ha cambiado muchas cosas, y una de ellas es el inicio del Tour de France. Tradicionalmente ha sido habitual que la primera etapa empezara a principios de Julio y este año lo hará el 29 de agosto.
Se sabe que este tipo de carrera se decide en las etapas de montaña. Donde muchos ven amenazas, los campeones ven la oportunidad de coger diferencias con sus competidores. Este gráfico de una etapa reina, puede considerarse en términos financieros, de gran volatilidad. Los aspirantes a ganar el Tour, no ven miedo, ven una oportunidad. unidad.
Es en ese entorno, cuando se va a decidir la carrera. Las oportunidades aparecen entre esas oscilaciones, no vale quedarse parado o especular con el momento de atacar, pues mientras lo piensas tus competidores se escapan al igual que el bajo precio de las cotizaciones de las acciones, se van yendo……
Al igual que el ciclista intenta atacar en las etapas de montaña para gestionar a largo plazo las diferencias ganadas a sus competidores, los inversionistas deberían atacar las cotizaciones actuales para saber gestionar a largo plazo el crecimiento acumulado.
Aunque todos sabemos que la etapa que nos ha tocado vivir es una de las etapas más duras jamás recordadas, aprovechemos las oportunidades para ser los próximos vencedores de nuestra propia carrera, RENTABILIZAR Y PRESERVAR NUESTRO PATRIMONIO.
Es mi primer artículo después del inicio de esta pandemia, por ello me gustaría compartir con todos una música que me ha dado fuerza y optimismo para ver oportunidades donde la mayoría ven amenazas.
Tom Rosenthal – GO SOLO
Gracias y buen Tour
“Estoy feliz de que nada me va a detener, sigo haciendo mi camino”