Cristina Martín. Gestora de Patrimonios de GVC Gaesco
“Trampantojo: Dícese de una ilusión óptica o trampa, con la que se engaña a alguien haciéndole ver algo distinto a lo que en realidad ve.”
Como todos recordarán, el pasado 20 de enero Donald Trump juraba el cargo de Presidente de los Estados Unidos. Contra todo pronóstico, el candidato republicano vencía en noviembre del pasado año a la demócrata Hillary Clinton, haciendo uso de discursos populistas, xenófobos y antisistema. Tanto en el proceso electoral como en la actualidad, el empresario está siendo criticado duramente por las políticas que presentó en su programa electoral y que quiere llevar a cabo a lo largo de su mandato. Pero… ¿Estamos ante un trUmpantojo o las establecerá realmente, tal y como nos hizo vislumbrar antes de ser elegido?
2017 promete ser un gran año para los mercados de Renta Variable. En el reciente cierre del primer trimestre del año, las expectativas son muy positivas. La mayoría de las empresas cerraron el pasado ejercicio con buenos resultados y con beneficios por encima de lo esperado; los datos macroeconómicos publicados auguran plena recuperación en EE.UU. y una progresión adecuada en Europa y, como no podía ser de otra manera, este contexto le ha agradado al mercado. Así lo indican índices como el Ibex o el Euro Stoxx, el primero encabezando a sus homólogos europeos con un +11,88% en el año mientras que el segundo ha cerrado el trimestre en un +6,39%. Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones se anota un 4,56% y el SP500 un 5,53% cierre de marzo.
No obstante, no hay que menospreciar que el año acaba de empezar y ciertamente habrá altibajos en el transcurso del mismo. El 2017 será un año marcado mayoritariamente por numerosos acontecimientos políticos, tanto a nivel europeo como a nivel americano.
En Europa, son varias las citas a las que asistiremos que, sin duda, alguna proporcionará cierto grado de volatilidad a los mercados en mayor o menor medida. 2017 pondrá a prueba la fuerza del populismo en el Viejo Continente.
Por un lado, Theresa May ha activado hace unos días el artículo 50 del Tratado de Lisboa, con el que ha iniciado definitivamente el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea. De esta forma, se inicia un periodo de dos años de negociaciones entre ambos para pactar las condiciones y negociar dicha salida.
También será un año marcado por procesos electorales. El pasado 15 de marzo, los holandeses – y me atrevo a decir que muchos otros no holandeses – celebraban la victoria del Primer Ministro del movimiento de centro derecha VVD, Mark Rutte, desbancando al partido antieuropeísta de Geert Wolders, claro favorito en las encuestas.
Entre finales de abril y el mes de mayo, le tocará el turno a Francia, que deberá inclinarse hacia uno de sus candidatos. Uno de los mayores varapalos sería la victoria de la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, que alentada por la victoria de su homólogo americano Donald Trump, se hace eco de un calculado mensaje populista y defiende un programa antieuropeo.
Pasado el periodo estival, los alemanes celebrarán elecciones federales el 24 de septiembre. En juego está, la permanencia de Angela Merkel en la Cancillería, que deberá enfrentarse al ascenso de un partido populista de extrema derecha que la critica principalmente por abrir las fronteras a miles de refugiados.
Probablemente, el desenlace de estas elecciones en Alemania tendrá especial relevancia en los mercados, sobretodo europeos, dado el papel fundamental del país en la estabilidad de Europa.
Al otro lado del Océano, en Estados Unidos el 2017 lo marcarán indudablemente la Administración Trump así como las políticas de la FED, cuyas previsiones apuntan que incrementará 3 veces más los tipos de interés.
En lo que respecta al actual Presidente de los EE.UU., como comentaba al principio, sus argumentos pre-electorales así como sus decisiones una vez instalado en la Casa Blanca están siendo noticia prácticamente a diario dada la preocupación que generan algunas de sus ideas.
No obstante, salvando que prácticamente se acaba de incorporar y que el mandato es de cuatro años, muchos auguran que no será capaz de gobernar durante todo el periodo previsto debido a su inexperiencia política y al extremismo de sus ideas. Entre ellas, cabría destacar la intención de reemplazar el sistema sanitario impulsado por su antecesor (“Obamacare”), la renegociación o anulación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) con Canadá y México, la eliminación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), cambios y restricciones importantes en la política migratoria, la construcción de un muro en la frontera con México y la elaboración de un Plan de Reforma Fiscal entre otras.
Sin embargo, no olvidemos que la mayor parte de sus promesas y decisiones electorales tendrán que aprobarse en el Congreso. La mayoría (si se llegan a discutir) formarán parte de procesos prolongados que tardarían meses en establecerse. La pregunta es, ¿Tomará realmente todas las decisiones que prometió o estaremos delante de un TrUmpantojo?