Xavier Cebrián. Gestor de Fondos de Inversión
Lejos quedan los días en que los inversores internacionales no querían ni oír a hablar de la Bolsa Española. Recesión económica, tasa de paro superior al 25%, incertidumbre política, necesidad de recapitalización de la banca por el fuerte repunte de las tasas de morosidad, elevados costes de financiación para las empresas, etc. Y es que a pesar de que muchas de estas variables todavía no se han solventado, el escenario económico actual ha mejorado de manera significativa.
Las respectivas reformas y ajustes acometidos en años anteriores han permitido que la economía española se encuentre hoy en día en fase de recuperación, pero lejos aún de los niveles registrados antes de la crisis de 2008. A modo de ejemplo, las ventas minoristas han vuelto al terreno positivo, la tasa de paro registra tres años consecutivos de bajadas, la confianza del consumidor se sitúa en niveles máximos de los últimos cinco años, el sector servicios evidencia una clara mejora especialmente por el auge del turismo, etc. Todo ello se traduce en una clara mejora del PIB español, que creció un 3,2% en 2016. En la última revisión de previsiones (en enero de 2017) el FMI mejoró en una décima, hasta el 2,3%, el crecimiento esperado en 2017 claramente superior al 1,6% estimado para la zona euro. Esta mejora de las principales métricas económicas también se percibe en las reuniones con inversores internacionales, los cuales han dejado de preguntar por la prima de riesgo española para hablar de nuevo de compañías dónde invertir.