La semana pasada ha sido la más bajista desde julio y ha reducido los índices a los mínimos de agosto.
Las estimaciones sobre el impacto económico del ébola, que en los casos más alarmistas llegan a un par de décimas del crecimiento del PIB europeo, solo son un factor más que aumenta el temor a una tercera recesión en Europa.
Las empresas cíclicas y las de turismo han sido las más afectadas, pero no ha habido ningún sector que se haya librado en la semana del movimiento de reducción de riesgo por parte de los inversores, que se ha reflejado en los descensos de las bolsas, en especial los sectores más cíclicos y la bajada de las rentabilidades de la deuda (en el caso de TIR a 10 años alemana está en el mínimo histórico, por debajo del 0,87%, lo que ha hecho aumentar los diferenciales).