Como esperábamos el BCE no ha realizado ningún cambio, dejando intacta la munición que le queda y señalando que la reunión de junio sí puede ser el momento de hacer movimientos.
Como esperábamos, el reciente impulso al ya de por sí fuerte euro, ha sido una de las principales razones argumentadas por Draghi para decir que puede que el BCE apoye a la economía de la UEM en junio. Pero no ha sido la única, ya que también ha hecho referencia al riesgo a la baja de las estimaciones de crecimiento económico por los efectos de la geo-política y por la lentitud en el aumento del crédito.
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