Sendoa Casaña. Agente Financiero de GVC Gaesco Zaragoza
Hubo una época en la que no era muy difícil obtener rentabilidad en la bolsa. La renta variable subía cuando las previsiones económicas eran buenas (cifras de crecimiento de PIB, de empleo, etc.), y bajaba en caso contrario. En algunas ocasiones, el movimiento precedía a la publicación de la noticia (“estaba ya descontado”, se decía), mientras que, en otros momentos, era la publicación real la que disparaba las cotizaciones.
Llegó una profunda crisis y, con ella, la intervención masiva de los Bancos Centrales. En este escenario actual, parece que los mercados sólo reaccionan ante estos estímulos periodísticos, aumentando notablemente el nerviosismo en los días previos a cada reunión de la FED o del BCE.
Ha habido casos recientes en los que el sentimiento previo del mercado era “win/win”, es decir, que se esperaba una subida de la bolsa fueran cuales fueran las noticias. Me explico: Si las previsiones económicas eran buenas, la bolsa subía. Si se esperaba un mal dato del PIB, de la inflación o del empleo, la bolsa también subía por la esperanza de que eso impulsara al Banco Central de turno a aumentar las medidas de estímulo.