Sendoa Casaña Gracia. Agente financiero de GVC Gaesco Zaragoza.
¿Cuántas veces hemos oído decir a alguien que “se ha quedado atrapado en un valor”?. Muchos inversores tienen en cartera uno o más valores que se han depreciado un 40, un 50% o incluso más. Y no hace falta pensar en los momentos álgidos previos a la crisis con compras de Telefónica, por ejemplo, a 25€, manteniéndolas sin cambios durante años (cotiza en la actualidad por debajo de 10€). A pesar de los dividendos cobrados, la pérdida es evidente.
Pensemos en casos más actuales, como el de Arcelor Mittal o Banco Santander. No es descabellado haber comprado el primero cuando parecía romper la resistencia de 10€ en Mayo del pasado 2015. Si atendemos al valor fundamental de la empresa, el consenso de mercado de ese momento le otorgaba un valor notablemente superior. Ahora bien, si un argumento importante de compra era la rotura al alza de esa resistencia, igualmente deberíamos haber puesto un stop de protección si caía por debajo de ese soporte recién creado. Primer error.