El viernes vimos una sesión de movimientos erráticos en el mercado europeo tanto por los temores a una mayor inestabilidad en Irak que lleve a tensiones en el precio de la energía, como por los comentarios del banco de Inglaterra sobre una posible subida de tipos antes de lo esperado. La semana pasada fue de toma de beneficios y consolidación después de las decisiones del BCE: el mercado europeo perdió un 0,35%, aunque el español ganó un 0,45%.
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