Finalmente el PIB español creció un 0,6% trimestral y un 1,2% interanual, por encima del 0,5% que se había estimado por el BdE y lo sorprendente es que dicho dato de crecimiento vino acompañado de una bajada de la inflación del -0,3% en julio (se esperaba un -0,1%).
El dato del PIB es si cabe más positivo porque viene producido por la recuperación del consumo, la inversión y porque se frena el empeoramiento del sector exterior.
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