A pesar de que parte del mercado estaba descontando la posibilidad de una mayor agresividad por parte del BCE, era iluso pensar en algo más que palabras, teniendo encima de la mesa una serie de medidas que no han empezado a implementarse.
Más que decepción por la falta de acciones, lo que demostraron ayer las caídas de los mercados, fue la alta dependencia de los bancos centrales que hay en estos momentos.
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