Como ya comentamos ayer, los malos datos que salieron de China, con las ventas minoristas y la producción industrial por debajo de lo esperado, afectan tanto al lado exportador del gigante asiático como a su demanda interna, poniendo en duda su capacidad de cambiar el modelo basado en fabricar barato a otro de consumo interno.
El riesgo de una debilidad estructural en China va tomando peso frente al de un miniciclo. La amenaza es que el modelo de recuperación europeo, basado en las exportaciones, no dé el impulso necesario, sobre todo con la revalorización que está experimentando el euro con respecto a casi todas las monedas.
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