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Artículos sobre el COVID-19

El espíritu de las bolsas pasadas, presentes y futuras y 2021

Publicada en 14 enero, 2021 de GVC Gaesco Publicado en: Actualidad, Artículos, Economía y Finanzas, INFO COVID-19

Jaume Puig, CEO & CIO de GVC Gaesco Gestión S.G.I.I.C y de GVC Gaesco Pensiones SGFP

Una de las preguntas más frecuentes a principios de año es cómo será el nuevo ejercicio bursátil. Hay quién dice que cualquier previsión puede correr el riesgo de ser desacertada y que, por lo tanto, no hay que hacerla. Hay, en cambio, quien sí la hace, como yo mismo, y en este caso hay que ver el nivel de profundidad con que ha sido hecha. En general, hacerlo bien requiere visitar a los tres espíritus: el de las bolsas pasadas, el de las bolsas presentes y el de las bolsas futuras. Acabado ya 2020 pues, la cuestión es cómo será el año bursátil 2021.

 

Retrocediendo en el tiempo, y recurriendo al que sería el espíritu de las bolsas pasadas, es fácil darse cuenta de que las bolsas son el activo financiero más rentable que hay, proporcionando una rentabilidad anualizada media del 10%. Sin ir más lejos, los máximos históricos del conjunto de bolsas mundiales, representados en el índice MSCI World, se consiguieron el pasado 17 de diciembre.

 

Obviamente no todas y cada una de las bolsas están ahora mismo a máximos históricos, pero el conjunto de las bolsas sí que lo está y, a la larga, lo están todas. La razón principal que sea el activo financiero más rentable es sencilla, puesto que el auténtico motor de creación de riqueza siempre ha sido la empresa. El verdadero gusano de seda es la empresa. Es obvio que las empresas tienen que proporcionar un rendimiento superior a sus inversores respecto a los quién invierten en inmuebles (¿quién crearía una empresa si siendo solo rentista de un inmueble pudiera obtener un rendimiento superior?); y también respecto a los que invierten en renta fija o en el mercado monetario.

 

«Las bolsas son el activo financiero más rentable que hay y el auténtico motor de creación de riqueza siempre ha sido la empresa»

 

Todas las estadísticas pasadas reflejan que la ley fundamental de que más riesgo conduce a una mayor rentabilidad se cumple de una forma absoluta por todas partes. No pasa todos los años, por supuesto, pero sí que se cumple en todas las series de largo plazo. Así pues, cuando vean a algún analista que les diga que para este año espera que las bolsas suban alrededor de un 10%, tengan siempre presente que solo ha consultado al espíritu de las bolsas pasadas.

 

Errores clásicos

Si miramos la actualidad, y recurrimos al espíritu de las bolsas presentes, nos daremos cuenta de varios hechos. En primer lugar, que 2020 ha sido un año bursátil difícil, en qué era fácil cometer hasta dos de los diversos errores inversores clásicas del muestrario. La primera habría sido vender a mediados del mes de marzo, fruto del pánico del momento, justo en el peor momento bursátil del año, sin darse cuenta de que era una sobrerreacción del mercado. Si bien todo el mundo puede entender que un piso, pongamos por caso, no puede perder un 50% de su valor por el hecho de estar solo un año sin estar alquilado, menos gente entiende que en el caso de las empresas pasa lo mismo. No por tener un año malo de resultados, fruto de los confinamientos de la covid-19, las empresas podían perder tanto valor como el que estaban perdiendo en la segunda quincena de marzo.

 

El segundo gran error potencial es más fino y viene derivado de lo que pasa cuando un segmento del mercado, en este caso el growth, sube fuerte, como fue el caso en los meses que van de mayo a julio, hasta situar a estas empresas en un nivel de sobrevaloración, mientras que el otro segmento del mercado, en este caso el value, se quedaba parado, y seguía estando muy barato. La presión que sintieron muchos inversores para vender el value, que se estaba quedando atrás, y comprar el growth, que lo estaba haciendo mejor, era tremenda, a pesar de ser del todo contraproducente desde el punto de vista de la valoración.

 

«No por tener un año malo de resultados, fruto de los confinamientos de la covid-19, las empresas podían perder tanto valor como el que estaban perdiendo en la segunda quincena de marzo»

 

Quien se mantuvo firme en el value, consciente de que la vacuna cambiaría el orden de la subida, y que sería el detonante para las todavía muy baratas empresas value la acertó. Quien por el contrario no pudo más y vendió sus acciones value para comprar growth, hacia el mes de octubre, pongamos por caso, se perdió la gran subida de las empresas value que hubo apenas la primera de las vacunas fue anunciada, el 9 de noviembre. Al final, tanto en un caso como en otro, el inversor que ha aguantado la presión lo ha hecho bien, mientras que ha sucumbido a cualquier de las dos grandes presiones del año, puede haberlo hecho realmente muy mal.

 

Bien, pues, quien consulte a este espíritu, no tardará en darse cuenta de que la expectativa de rentabilidad para este año es mucho más fuerte para las empresas del tipo value que para las del tipo growth. De hecho, la previsión genérica del 10% de subida se queda muy corta para las empresas value y probablemente muy larga para a las empresas del tipo growth. Si el analista que les hace la previsión les dice que una parte del mercado bursátil, básicamente el de las empresas value y de sectores muy castigados como por ejemplo el turismo, puede tener subidas más próximas al 20%-30% que no al 10% clásico, tal vez habrá consultado también con el espíritu de las bolsas presentes.

 

La parte más difícil

Llegamos a la parte más difícil, para la cual hay que consultar al espíritu de las bolsas futuras. Dos cuestiones trascienden en este caso, una que afecta más al futuro inmediato, y otra al futuro algo más lejano. En cuanto al futuro inmediato, tal vez uno de los aspectos más importantes es que al causar el virus una distorsión de la actividad y unos paros repentinos en el mundo empresarial, este actuó muy de prisa en cuanto a la racionalización de sus costes. Lo que en una crisis económica endógena normal habrían hecho las empresas en unos tres años lo hicieron en unos tres meses en esta crisis sanitaria exógena. Esto quiere decir que existen muchas empresas cotizadas que han sido capaces de aumentar sus márgenes incluso reduciéndose las ventas. En otras palabras, la mayoría de empresas, cuando recuperen la cifra de ventas del año 2019, ganarán más.

 

Esto es lo que se denomina apalancamiento operativo, con lo cual ha aumentado la cifra de beneficios netos por cada cifra unitaria de ventas. Este efecto positivo será vigente durante unos cuántos años, si bien en 2021 será especialmente relevante. Si miramos a un futuro algo más lejano, con un horizonte a unos tres años vista, las cosas pueden tener un cariz un poco diferente. Es evidente que una de las tornas de esta covid-19 ha sido el fuerte endeudamiento del sector público. De entrada, dado que ha ido acompañado de una disminución de los tipos de interés, las finanzas públicas lo notarán menos en sus presupuestos, puesto que la carga de los intereses de la deuda, que impacta en los presupuestos públicos, es moderada.

 

«Lo que en una crisis económica endógena normal habrían hecho las empresas en unos tres años, lo hicieron en unos tres meses en esta crisis sanitaria exógena»

 

La problemática real vendrá cuando los tipos de interés suban. De entrada los Bancos Centrales ya se han encargado de decir que el anterior hito de la inflación del 2%, que antes era un tope, pasa ahora a ser considerada una media. Esto, traducido, quiere decir que si bien antes tendrían que subir los tipos de interés una vez la inflación se acercara al 2%, ahora subirán los tipos de interés más tarde, cuando la inflación ya lo haya superado. Con esto están ganando tiempo. La tasa de inflación puede subir ya en 2021. Por ejemplo, el precio actual del petróleo, 51 USD por barril, supera ya a la media del precio del petróleo del año 2020, unos 42 USD por barril en más de un 20%.

 

Lo mismo pasa con multitud otras materias primeras. Si, como parece, cuando se compare 2021 con 2020 la tasa de inflación subirá, ¿cuánto tiempo más podrán mantener los Bancos centrales los tipos bajos? Pongamos por caso que puedan aguantar hasta el año 2023, a lo sumo. ¿Qué pasará en aquel momento en activos como la renta fija o los inmuebles, así como en todos aquellos sectores bursátiles que son más del tipo negocio de contador? Nada de bueno si tenemos en cuenta que el coste de capital o WACC que el inversor exige para invertir en estos activos no ha parado de bajar significativamente hasta niveles nada justificables. En definitiva pues, tenemos por adelantado un futuro inmediato, que afecta al año 2021 y quizás algo más, muy prometedor con capacidad de proporcionar unas rentabilidades muy superiores a las históricas, mientras que tenemos un futuro más lejano, a unos tres años vista, mucho más problemático.

 

Una vez consultados los tres espíritus, solo hay que desear que no caiga un gran meteorito en la tierra o alguna otra cosa parecida, lo cual se escapa de cualquiera de los tres espíritus….

 

Artículo publicado en viaempresa del martes, 12 de enero de 2021

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Salud y Economía

Publicada en 11 enero, 2021 de GVC Gaesco Publicado en: Actualidad, Artículos, Economía y Finanzas, INFO COVID-19

Jaume Puig, CEO & CIO de GVC Gaesco Gestión S.G.I.I.C y de GVC Gaesco Pensiones SGFP

En el año 2020, y pese al coronavirus, el conjunto de las bolsas mundiales ha subido un +14,1% según refleja el índice MSCI World. Los índices principales de las bolsas china, norteamericana y japonesa, han subido respectivamente un +27,2%, un +16,3%, y un +16,0% en el año. A algunos pocos índices, como el Eurostoxx-50 o el Ibex-35 les faltó tiempo para cerrar 2020 en positivo, aun habiendo subido fuertemente desde los mínimos. Su composición sectorial les estuvo perjudicando hasta el 9 de noviembre en que se publicó la noticia de la primera de las vacunas. A partir de ese momento soltaron el lastre y empezaron a subir más que el resto de bolsas. Así siguen en este inicio de 2021, con el Ibex-35 subiendo más que el Eurostoxx-50 y éste a su vez más que las bolsas americanas.

 

Dadas estas subidas bursátiles algunos ven en la bolsa a un mundo irreal, a modo del País de Nunca Jamás de Peter Pan, y otros simplemente atribuyen a los bancos centrales la totalidad del mérito, y llevan justificándolo así desde 2009. Ni lo uno ni lo otro, es mucho más sencillo, se trata simplemente de los beneficios empresariales. Unas empresas que han sabido internacionalizarse, adaptar su producción, aumentar la productividad, ajustar los costes con rapidez y consolidar una financiación barata. Cuanto más ganan, más valen.

 

Dando por supuesto que debería ser mucho más fácil administrar la vacuna que concebirla, los datos comparativos sobre el porcentaje de población de riesgo ya vacunada en cada país pasarán a ser la auténtica medida de la eficacia de sus gobernantes. Del “salud o economía” implícito en los confinamientos se ha pasado al “salud y economía” de las vacunaciones. Las bolsas lo saben bien.

 

Artículo publicado en La Vanguardia del domingo, 10 de enero de 2021

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Nuestra estrategia “300 Places” supera los 100 millones de euros

Publicada en 11 diciembre, 2020 de GVC Gaesco Publicado en: Actualidad, Artículos, Economía y Finanzas, Flash Fondos, INFO COVID-19

Jaume Puig, CEO & CIO de GVC Gaesco Gestión S.G.I.I.C y de GVC Gaesco Pensiones S.G.F.P.

 

El pasado día 7 de diciembre, nuestra estrategia de inversión “300 Places”, dedicada al turismo global, que aplicamos como gestora en el fondo GVC Gaesco 300 Places Worldwide, FI, y como asesores, en el fondo japonés World Tourism Equity Fund, de la gestora japonesa Capital AM, acaba de superar los 100 millones de euros de patrimonio gestionado (AUM), con el siguiente desglose:

 

 

Pese a haber sido al turismo global uno de los sectores más afectados por la Covid-19, nuestros inversores han aprovechado la oportunidad de inversión que se ha generado para aumentar significativamente la inversión en ambos fondos.

En lo referente al fondo GVC Gaesco 300 Places Worldwide, FI, en el siguiente gráfico podemos ver dos líneas, ambas partiendo de la base 100 el día 31/12/19. Por una parte, el valor liquidativo del fondo durante el año 2020 en la línea blanca, y por otra parte, el patrimonio del fondo en la línea amarilla. Como puede observarse tras el descenso del valor liquidativo por la Covid-19 se han producido unas fuertes aportaciones al fondo, que hacen que el patrimonio actual sea un 33% superior al de 31/12/19, pese a no haber recuperado aún el valor liquidativo a 31/12/19:

 

 

Respecto al fondo japonés, con prácticamente el mismo comportamiento del valor liquidativo, su patrimonio ha tenido la siguiente evolución en el año 2020:

 

 

Como puede observarse el patrimonio del fondo japonés empezó a crecer fuertemente a partir del mes de mayo, después del descenso por la covid-19.

No podemos más que estar sumamente agradecidos a los inversores de ambos fondos por estar aprovechando esta gran oportunidad de inversión, gestionar así es un placer y posibilita el éxito inversor. Igualmente agradecer a la gestora japonesa Capital AM tanto su enorme profesionalidad como la confianza que han depositado en nosotros desde el primer momento.

 

Conozca nuestro fondo: GVC Gaesco 300 Places Worldwide, FI

 

Aviso Legal: Se encuentra a disposición de los usuarios de la Web un informe completo para cada Fondo de Inversión en el que podrá encontrar, entre otras, información respecto a rentabilidades históricas obtenidas con anterioridad a un cambio sustancial de la política de inversión de la IIC, series de rentabilidades históricas anualizadas, detalle de los riesgos asociados a la inversión en IIC. La información contenida en la Web no constituye ni una oferta de productos y servicios, ni una recomendación u oferta de compra o de venta de valores ni de ningún otro producto de inversión, ni un elemento contractual. Tampoco supone asesoramiento legal, fiscal, ni de otra clase y su contenido no debe servir al usuario para tomar decisiones o realizar inversiones. No pretende inducir al usuario a operaciones inadecuadas mediante la puesta a su disposición de servicios o accesos a operaciones y mercados que no responden a su perfil de riesgo. Las rentabilidades pasadas no garantizan en modo alguno los resultados futuros.
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¿2021? Como noviembre 2020

Publicada en 9 diciembre, 2020 de GVC Gaesco Publicado en: Actualidad, Artículos, Economía y Finanzas, INFO COVID-19

Jaume Puig, CEO & CIO de GVC Gaesco Gestión S.G.I.I.C y de GVC Gaesco Pensiones SGFP

Tres han sido los momentos clave del inversor en 2020. El primero a mediados de marzo, cuando el mercado sobrereaccionó al impacto covid. Como decíamos entonces, 22 de marzo, en esta misma columna, estábamos ante una ocasión de compra de las que se dan una vez cada década, y esperábamos una V. Cualquier inversor que haya comprado ha obtenido unos resultados estratosféricos.

El segundo momento fue a finales de julio, una vez The Lancet publicó los resultados de las fases I y II de diversas vacunas. Por primera vez tuvimos conciencia de que varias vacunas serían anunciadas este mismo año. Decíamos entonces, 26 de julio, que recomendábamos la estrategia inversora que bautizamos como ”Buy Before the Vaccine”, es decir comprar aquellos sectores bursátiles más castigados por el virus antes de que la vacuna fuera anunciada.

El tercer gran momento fue el 9 de noviembre, cuando la primera de ellas, la de Pfizer, fue publicitada, cumpliéndose los vaticinios, con una fortísima subida de los mercados y con las empresas “value” batiendo con creces a las ”growth”. El índice MSCI Europe Value ha obtenido una rentabilidad superior a la del índice MSCI Europe Growth en un 12,5% desde ese día. Reto, por cierto, a cualquier inversor a que sepa distinguir el gráfico de la evolución del Ibex-35 de la del índice MSCI Europe Value, no en vano el Ibex-35 es “value”, por su composición.

Las vacunas marcan el inicio del fin de los efectos económicos del virus, lo cual unido al férreo control de costes ya implementado por las empresas, deja vía libre al aumento de resultados empresariales, vía el apalancamiento operativo. En ese caso, ¿cómo debería ser el año bursátil 2021?… como Noviembre 2020.

Artículo publicado en La Vanguardia del domingo, 06 de diciembre de 2020

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El seguro es aún seguro

Publicada en 18 noviembre, 2020 de GVC Gaesco Publicado en: Actualidad, Análisis, Artículos, INFO COVID-19

Jaime Pallarés, Equity Analyst de GVC Gaesco Valores

Aunque parezca mentira, el seguro sigue siendo seguro. En un momento sin precedentes, incierto e inestable como pocos hemos vivido, el sector asegurador se mantiene a flote. Y lo hace, quizás, gracias a esta misma incerteza e inestabilidad. Qué mejor momento para usar el archiconocido lema “los seguros no se piensan, se toman. Porque los siniestros no se planean, llegan”. La gente sigue asegurando sus bienes ante la incertidumbre del mañana.

Hace apenas unos días, a inicios de noviembre, la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA) recomendaba a las compañías aseguradoras no pagar dividendos dado el contexto de crisis que nos acontece. Esta sugerencia de la agencia europea encendía algunas alarmas entre inversores y accionistas. Aún así, grandes empresas del sector como Catalana Occidente o Mapfre salieron rápidamente al paso para asegurar su compromiso con el accionista.

En una situación de tanta incertidumbre e inestabilidad como la actual, ¿en qué debemos fijarnos en el sector asegurador? ¿Tenemos que darle mucha importancia a la recomendación de la EIOPA, o, por el contrario, hay que ver la respuesta de las principales compañías como una muestra de las buenas perspectivas y solidez del sector?
Sería una redundancia explicar que la crisis del Covid-19 ha tenido un gran impacto en el sector asegurador. Muy pocos sectores no han sufrido un gran golpe. En este caso, el mercado de los seguros está notando especialmente la correlación entre la evolución de las primas y la evolución económica. En este sentido, esperamos presión en volúmenes que serán compensados por la baja siniestralidad en ramos como el de automóviles, permitiendo que la aseguradoras mantengan el margen técnico relativamente estable.

Asimismo, la exposición internacional de firmas del sector como Mapfre, particularmente en el mercado latinoamericano, las deja en una situación de vulnerabilidad ante la depreciación de ciertas monedas internacionales, aumentado la tensión en los ingresos por primas.

Por otro lado, la llegada del coronavirus ha supuesto un impacto específico para el sector asegurador. Los confinamientos y la caída en picado de la movilidad han tenido como consecuencia directa un descenso en la frecuencia siniestral. Esto implica una reducción en el coste técnico de las aseguradoras, compensando, en cierta medida, la caída en volúmenes y el deterioro de las primas. Esta situación no solamente la hemos visto en el ramo de los autos, sino que en hogar o en actuaciones médicas no graves -por supuesto sin incluir el Covid-19- también ha habido una bajada en la incidencia.

Aún así, como ya hemos visto, las primas evolucionan en sintonía con el PIB y la economía. Así pues, no cabe sino esperar descensos y deterioros en volúmenes y primas. En este sentido, el objetivo de las aseguradoras en este momento no debe ser captar nuevas primas, sino retener el portfolio actual. No debemos olvidar que éste es un sector cada vez más competitivo, en el que existe una guerra que presiona los precios a la baja, poniendo más y más presión en el volumen de primas, y complicando enormemente la captación de nuevos clientes.

De cara al año que viene deberíamos esperar cierta recuperación de volúmenes comparado con 2020, así como una normalización de la frecuencia siniestral. Por supuesto, esto no son más que predicciones que dependen de aspectos exógenos al sector. En cualquier caso, aunque las nuevas noticias sobre la vacuna son esperanzadoras, a mí parecer es preferible ser conservador y no confiar en una recuperación de volúmenes plena hasta finales de 2022. Así pues, ¿vale la pena invertir en este sector? La respuesta, por lo menos la mía, es sí.

Catalana Occidente es uno de los valores que más nos gustan. Por un lado, destacamos la resiliencia que ha demostrado su negocio tradicional tanto en crisis anteriores como la que estamos viviendo actualmente. La compañía apuesta por la red de agentes como principal red de comercialización, lo que favorece la creación de relaciones a largo plazo con clientes, aumentando el ratio de retención de asegurados. Esto se ha visto reflejado en los resultados que ha publicado la compañía recientemente. Por ejemplo, en el ramo de autos donde la competitividad es muy elevada y donde hay guerra de precios, Catalana mantiene una evolución de las primas plana (+0,2%) pero mejor que el sector (-2%).

Asimismo, en el negocio de crédito, el que mayor exposición tiene a la crisis actual, Catalana ha demostrado gran flexibilidad para reducir exposición al riesgo. Además, tiene una cobertura de cesión de riesgos relevante pues disponen de acuerdos gubernamentales en Europa que les cubren de incrementos de siniestralidad para al menos la mitad de la cartera, y se está negociando un posible acuerdo en España. Con todo, Catalana Occidente es una apuesta interesante a tener en cuenta de cara al medio y largo plazo, pues el mercado ya ha descontado gran parte del impacto negativo en el seguro de crédito.

Luego tenemos el caso de Mapfre. Es evidente que está siendo más penalizada por los efectos del coronavirus y las depreciaciones de las monedas internacionales, debido a su alta exposición en Latinoamérica. Asimismo, el fuerte impacto económico de la segunda ola en España presiona las primas a la baja y no esperamos que se recuperen los volúmenes hasta 2023. Sin embargo, pensando en el largo plazo, la compañía tiene un gran potencial de crecimiento. Tiene una posición muy competitiva e importantes acuerdos bancaseguros en LatAm que servirán a Mapfre para aumentar el volumen y masa crítica cuando se vuelva a la normalidad.

Tras esta reflexión sobre los dos valores españoles del sector asegurador, volvamos a la casilla de salida. ¿Debemos llevarnos las manos a la cabeza y desconfiar del sector si la EIOPA recomienda no pagar dividendos? Una agencia como la EIOPA debe dar sugerencias prudentes para preservar la liquidez en el balance de las aseguradoras ante tanta incertidumbre, pero las grandes firmas aseguradoras tienen liquidez suficiente para distribuir dividendos sin que el ratio de solvencia se vea perjudicado.

Así que no, no hay que entrar en pánico y desconfiar de este sector. El crecimiento de la clase media en los mercados emergentes abre muchas posibilidades a las aseguradoras para seguir creciendo en esas regiones. La digitalización, como en muchos otros sectores, se va a convertir en una herramienta muy relevante a la hora de captar nuevas primas y la recuperación, sea más próxima o más lejana, llegará. Y, mientras tanto, el seguro seguirá siendo seguro.

Esta información comercial no contiene recomendaciones personalizadas y tampoco implica asesoramiento en materia de inversión.

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