Pere Escribà. Gestor de Patrimonios de GVC Gaesco Beka
Como ustedes sabrán, el ajedrez es un juego puramente estratégico que requiere de una gran templanza. No siempre empezar con buen pie una partida significa terminar ganando. Hay múltiples variables que pueden ir decantando la balanza si uno de los partícipes se desvía de las pautas que dicta el juego.
Uno de los factores más importantes a tratar es pensar en cómo va a reaccionar su contrincante en función a nuestro próximo movimiento en el tablero. Es por ello que uno puede adoptar una posición más defensiva ante la incertidumbre de un ataque más directo por parte de su oponente. Es aquí donde se podría nombrar la figura del “enroque”, que como sabrán y de forma muy simple, consiste en poner al Rey en zona de confort protegido por una de sus torres. Y desde esa perspectiva, poder cavilar en cuál será su próximo movimiento.
Al igual que en este juego milenario, en los mercados financieros no existe una única directriz en la que basarnos. Desde el último trimestre del pasado año, se ha venido produciendo un traspaso de flujos de dinero entre los activos de Renta Fija y Renta Variable como consecuencia de la esperada subida de tipos por parte de la Reserva Federal, que ante la robustez de la economía Norte Americana – así lo plasman los indicadores – se vio con la obligación de no prolongar más lo que el mercado venía descontando con meses de antelación.
Sin embargo, el lateral en el que los índices han empezado el año, deja entrever que las dudas aún no se han disipado entre un gran número de inversores ,y una vez más, los focos de atención están recayendo en episodios de incertidumbre política, dejando en un segundo plano, y como si de un comodín se tratara, lo realmente importante: los resultados empresariales.
Como comentaba, varios están siendo los frentes abiertos que frenan la oleada de resultados con el que cerramos el ejercicio anterior y que, en su conjunto, están batiendo con creces las expectativas del consenso. Por si esto no fuera suficiente motivo infundado, vienen acompañados de unos datos macroeconómicos que, una vez más, nos invitan a ver en qué momento del ciclo nos encontramos.
“La actividad económica de la zona euro aumentó en febrero a su mayor ritmo desde 2011”
A raíz de ello, permítanme volver al movimiento del enroque y comentarles que lo positivo de éste es que no sólo es un acto de estrategia defensivo, puesto que el desplazamiento de la torre nos concede una buena posición para atacar. Es en este momento en el que aquellos inversores más pacientes tienen que empezar a mover sus fichas sobre el tablero, aprovechando el sentimiento pesimista que parece estar implantado y que año tras año parece volver.
Por lo tanto, después de analizar detenidamente hacia donde se está dirigiendo la partida, deberán tener la clarividencia de no dudar ante aquello que, si más no, parece evidente. Y es que lo bueno de los datos es que son tanto cuantificables como calificables, lo que nos permite no desviarnos de nuestra estrategia ante opiniones dispares, que en muchos casos vaticinan siempre lo peor.
Los mercados tienden a fluctuar por aquello que popularmente conocemos como “ruido” y que, en el corto plazo, provoca correcciones en las cotizaciones bursátiles
Como en el ajedrez, éstos requieren de gran templanza.
Hay momentos en los que hay que salir de la zona de confort en la que se puedan encontrar y, sin más dilaciones, avanzar con la certeza de saber cuál será, su próximo movimiento.