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Un buen 2014 y un mejor 2015

Publicada en 5 enero, 2015 de GVC Gaesco Publicado en: Artículos, Economía y Finanzas, Nuestros expertos 2

Jaume Puig. Director General de GVC Gaesco Gestión.

Podemos hacer un balance positivo del año 2014, ya que globalmente los precios de los activos financieros cotizados se han acercado más a sus valores fundamentales. Esta es la situación de tres de los cuatro grandes mercados que a finales del 2013 permanecían en desequilibrio: los de divisas, los de materias primas y los bursátiles.

En mayor o menor medida todos han evolucionado hacia el equilibrio. Únicamente un mercado, el de la renta fija, no ha iniciado aún su proceso de convergencia, aunque las bases están sentadas para que lo haga en 2015.

El euro inició el año sobrevalorado frente a diversas divisas. Cotizaba, por ejemplo, a niveles de 1,37 frente al dólar norteamericano, cuando por paridad del poder adquisitivo debería estar en torno al nivel 1,17. Ha acabado el año en 1,21, en lo que ha sido una convergencia a fundamentales acelerada, especialmente en el segundo semestre. Es un movimiento muy importante con implicaciones muy positivas en otros mercados, como en las bolsas de la zona euro.

Los mercados de materias primas han tenido otro año de descensos, y ya van cuatro consecutivos. En este caso el ritmo de convergencia también se ha intensificado. El índice CRB, que recoge a una cesta de materias primas, ha caído un 16,7% en 2014, un descenso superior incluso al conjunto de los tres años anteriores. Es este un mercado en el que claramente se estaba menospreciando un principio tan básico como pueda ser el de “acción-reacción”, una especie de corolario de la tercera ley de Newton.

La fuerte subida del precio de las materias primas que culminó en abril de 2011, generó todo tipo de reacciones, empezando por las propias petroleras que se dedicaron a una actividad frenética de exploración, a todas luces excesiva como ha reconocido por ejemplo la francesa Total; siguiendo con el impresionante descubrimiento del “shale-oil”, que sobretodo ha sorprendido a la industria petrolera convencional, que nunca hubiera imaginado que tanto petróleo de fuente no-convencional pudiera ser suministrado al mercado, situando incluso al coste de producción del “shale-oil” como un techo realista para el precio del crudo; o la espectacular ampliación de capacidad de las minas de mineral de hierro en Australia, por ejemplo.

En suma, una ingente ampliación de la oferta que supera al aumento de una sólida demanda. Un exceso de capacidad que conduce a la debilidad de los precios de las materias primas, y que genera en las empresas del sector una reducción de las actividades de inversión e importantes ajustes de costes.

Esta situación impacta muy positivamente al conjunto de la economía mundial, cuyo PIB aumentará más de lo previsto, y a la mayoría de empresas, que disminuirán sus costes de producción y de transporte, a la vez que aumentarán sus ventas, fruto del aumento de renta disponible que la disminución del precio del petróleo propicia en el consumidor.

Los mercados bursátiles han cerrado el año mayoritariamente en positivo en todo el mundo, en lo que ha sido un año de transición que ha registrado aumentos menores que los del año anterior. El propio Ibex-35 ha acabado subiendo un 3,67%, un aumento inferior al 21,42% registrado en 2013. La convergencia fundamental ha persistido aunque a menor ritmo.

Lo importante sin embargo es que se han sucedido grandes noticias para las empresas, que han obtenido unos buenos resultados en el año 2014 y que quedan en una inmejorable posición para 2015. Las empresas registran unas ventas record, fruto de unos niveles máximos históricos de PIB tanto a nivel mundial como de la zona euro, unos costes laborales muy ajustados, unos costes financieros anormalmente bajos, unos costes de producción bajando juntamente con los precios de las materias primas, unos fuertes aumentos de eficiencia tecnológica, para lo cual basta con observar la cifra de ventas de empresas de robótica como Fanuc o Kuka,  y sólo les faltaba, a las de la zona euro, el impulso exportador de un euro más débil. Todo ello redunda en una continua expansión del margen empresarial y de los beneficios. La potencia de los factores económicos es tan fuerte que va a dejar a los de índole política en un segundo plano.

Siguiendo con el símil de la física, los mercados bursátiles han estado acumulando energía potencial en este último año, que presumiblemente se transformará en energía cinética alcista en 2015.

 

Artículo publicado en La Vanguardia – Sección Dinero del pasado 4 de enero de 2015

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