La semana pasada fue una de las más fuertes de los últimos meses, con un incremento del 3,37%. La mejora fue posible en buena parte por los bancos centrales, ya que el BCE reiteró su discurso de «estar dispuesto a tomar medidas no convencionales si la economía lo necesita”.
La FED matizó el temor a la subida de tipos y en China han empezado los estímulos, aunque de forma tímida. Esta actitud de los bancos centrales y la mejora de los datos económicos se ha traducido en una bajada muy importante de las rentabilidades de la deuda pública periférica que tiene su reflejo en un mayor valor para la renta variable.
La rentabilidad del bono a tres años español se está desplomando y ya se encamina al 3%, que fue el mínimo histórico que tocó en 2005. El diferencial ha descendido ya hasta 159 pb, y sin embargo esta bajada no ha sido contrarestada por una subida de la rentabilidad del bono alemán, que debido a los bajos niveles de inflación sigue por debajo del 1,6%.
Para cerrar la positiva semana, el dato de empleo de EEUU del viernes apoya el escenario de continuidad. La tasa de paro se mantuvo en marzo en el 6,7%, igual que en febrero y por encima del 6,6% que esperaba el mercado. Este dato es lo suficientemente bueno para que se siga viendo manteniendo la expectativa de expansión de la economía pero no tan fuerte como para ver una aceleración del ritmo de retirada de estímulos por parte de la FED.
Curiosamente, el viernes los mercados americanos tuvieron una toma de beneficios debido a la dificultas de superar máximo tras máximo y Europa logro desligarse. También en la renta fija, la rentabilidad de algunos plazos es similar en los países periféricos que en EEUU (por ejemplo a 5 años). La gran pregunta es si los índices europeos seguirán pudiendo subir si los americanos se paran. En teoría debería ser así debido a las diferentes valoraciones, pero en la práctica es un reto que pocas veces se ha conseguido.
Fuente: bekafinance