Que el índice Nasdaq haya perdido más de una cuarta parte de su valor en lo que llevamos de año no debería sorprender. Cotizan en él un tipo de empresas muy perjudicadas por la subida de los tipos de interés. Al aumentar el WACC, o tasa a la cual los inversores descuentan los flujos empresariales, se daña especialmente a las empresas de múltiplos muy elevados, como son las tecnológicas o las growth en general. Igualmente, que el sector inmobiliario cotizado en EE.UU. haya caído un 19% tampoco debería extrañar, ya que es otro damnificado de manual por la subida de tipos.
En Estados Unidos, la familia que decida hoy comprar una casa con hipoteca va a pagar unos 400 dólares mensuales más que la que decida alquilarla. En los años realmente buenos para comprar, del 2009 al 2013, el comprador pagaba casi 200 dólares menos que el inquilino. Menos transacciones inmobiliarias y presión sobre los precios a la vista, matemática pura que afecta también al resto de los negocios de contador. ¿Alguien dudaba de que los tipos de interés revertirían a la media? El populismo inversor imperante parecía ignorarlo. ¿Realmente se creía que tras la pandemia las familias se iban a quedar en casa viendo más series?
Con los años he llegado a la conclusión de que la disciplina de valoración o se practica o no se practica, sin punto medio alguno. ¿Qué nos dicen las valoraciones hoy? Que existen otras muchas empresas que cotizan muy baratas y que se benefician de la subida de tipos de interés. Pertenecen, eso sí, a otro universo muy distinto de empresas cotizadas, las denominadas value, que por mucho que hayan obtenido un 29% más de rentabilidad en los últimos 18 meses que las growth mantienen aún un gran potencial.
Artículo publicado en La Vanguardia el domingo 15 de mayo de 2022.