Si hace dos semanas veíamos los máximos históricos en los mercados americanos, de 5 años en Europa y de tres años en España, la pasada fue una de las peores semanas del año.
Paradójicamente si la subida fue alimentada por la posibilidad de que el BCE inicie una QE y por la matización de la FED de que su política de tipos no ha variado, la caída de los últimos cinco días ha tenido como excusa la interpretación contraria.
Ahora se descuenta por el mercado, que la disposición de los bancos centrales a seguir con políticas laxas, se puede deber a que la recuperación de la economía no sea tan sólida como se veía hasta ahora. Esa volatilidad se ha visto además alimentada por los temores a que los beneficios no justifiquen las altas valoraciones (como vimos el viernes en JP) y al efecto de la especialmente baja inflación, que como insiste en FMI, puede dificultar el proceso de ajustes y desapalancamiento de la economía de la UEM. Con todo ello volvemos al punto de inicio de 2014, con escasas variaciones desde enero en la mayoría de los índices de EEUU y Europa.
En la ecuación de valoración tenemos unos tipos de interés mucho más favorables en términos nominales pero no tanto en términos reales y un escenario de crecimiento de la economía sustancialmente similar al que tenemos de base, de crecimiento moderado, más apoyado en los países desarrollados que en los emergentes.
Ahora lo que falta por comprobar es si el inicio del ejercicio ha sido positivo en términos de beneficios empresariales y se pueden mantener las estimaciones de principios de año. De hecho desde el inicio del año, estimamos que las estimaciones de beneficio recurrente del Euro Stoxx han descendido un 10% y un 4-5% para el Ibex, aunque para 2015 se han mantenido estables. La mayoría de los resultados empresariales se publicarán entre abril y mediados de mayo proporcionando más pistas para evaluar la posible tendencia del mercado.
Aunque la confianza de los consumidores publicada el viernes en EEUU fue un buen dato (82,6 en abril frente a 80 en marzo), los datos de ventas minoristas, inflación, mercado inmobiliario y empleo de los próximos días, también darán visibilidad, aunque el corto plazo dependerá de cómo evolucione la crisis rusa ucraniana.
Fuente: Bekafinance