Pere Escribà. Gestor de Patrimonios de GVC Gaesco Beka
Cuando invertimos, tenemos la sensación de estar inmersos en una carrera de fondo. Hay que tener en cuenta que para este tipo de pruebas se requiere de gran aguante. La clave de éstas se encuentra en la resistencia que tenga el corredor, más que en la velocidad en sí.
A estas alturas del año, muchos serían los que se plantarían con unas rentabilidades como las mostradas actualmente por la mayoría de índices mundiales. Para ponerlo sobre el papel, la rentabilidad media de los principales selectivos europeos y americanos a día de hoy es de un 10% aproximadamente – sin tener en cuenta el efecto divisa –.
Hablar de rentabilidades positivas de doble dígito puede provocar entre los inversores sensaciones contrapuestas y, en muchos casos, mirar con vértigo las subidas experimentadas hasta el momento.
Sin embargo, el hecho de tener esta visión estática puede llevarnos a tomar decisiones erróneas que pueden marcar un punto de inflexión en el devenir de lo que queda de ejercicio.
No hay que olvidar que el comportamiento que han tenido los mercados – centrémonos en los Europeos – en estos últimos meses es fruto de los grandes descuentos que presentaban los mismos tras experimentar fuertes caídas, provocadas por factores que en ningún caso se trasladaban a los fundamentales.
No hay que confundir valor con precio
Por lo tanto, es de gran relevancia mirar dónde estamos desde una perspectiva de análisis de mercado, pues lo peor que puede hacerse cuando invertimos es dejarse llevar por las emociones.
Así pues, estando a las puertas de la publicación de los resultados empresariales del segundo trimestre, uno se podría plantear si se da por satisfecho con media maratón a sus espaldas y plantarse.
Obviamente podría ser una de las opciones a elegir. Preservar el patrimonio tras un periodo de ganancias no suena descabellado. Aunque, entre ustedes y yo, el valor que genera la liquidez es cero y las razones para mantenerlo invertido son diversas.
Por un lado, el fondo de mercado sigue siendo positivo para las bolsas. Nos encontramos con un escenario de alza de tipos en EEUU, unas proyecciones sobre la economía mundial que siguen mostrando crecimiento y, además, unas estimaciones sólidas de resultados empresariales. Tres drivers que, sin duda alguna, son beneficiosos para seguir con las alzas o cuanto menos mantenerlas.
Centrándonos en el primero. La Fed está cumpliendo con las expectativas que se barajaban en los mercados. En su última comparecencia dejó entrever que podría haber una tercera subida en lo que queda de ejercicio, hecho que puede volver a dar fuerzas a un sector financiero que en el último tramo de este trimestre ha visto mermado su comportamiento. En la medida que éste se refuerce, mayor será el número de préstamos concedidos, mayor el volumen de liquidez circulando y, por lo tanto, mayor será el impacto en la economía real.
Es importante recordar que el balance del BCE sigue ampliándose tras su anuncio de prorrogar la compra de activos hasta diciembre de 2017
En cuanto a las perspectivas de coyuntura económica, las economías avanzadas siguen mostrando cierto repunte de la actividad y por lo general no se contemplan signos de debilidad.
Todo ello, sumado a unas condiciones crediticias que seguirán compensando el alza prevista de los tipos de interés, se traduce en una menor carga en la parte baja del flujo y en consecuencia, una mejora de márgenes para las empresas.
Lo que hay que considerar a día de hoy en las valoraciones bursátiles es aquello que en un futuro puede afectar en menor o mayor medida a las propias empresas. En finanzas, es lo que se conoce como Valor Presente Neto (NPV), que no es más que el valor actual de los flujos de fondos futuros.
Como decía anteriormente, el escenario actual es suficientemente positivo como para ver un buen comportamiento de cara a la segunda parte del ejercicio, siempre y cuando no nos desviemos de nuestra estrategia.
Es fundamental considerar las inversiones con un mayor horizonte temporal y no dejarse llevar por episodios que, a fin de cuentas, no son más que obstáculos en esta carrera de fondo