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La campaña de presentación de resultados empresariales del segundo trimestre ha finalizado de forma muy satisfactoria, en línea con los precedentes. En Estados Unidos (S&P500) las ventas han superado a las previsiones en un +0,8%, y los beneficios, en un +5,2%. En Europa (Eurostoxx 600), las ventas han sido un +0,9% superiores, y los beneficios, un +4,4%.

Los inversores que crean en la hipótesis del mercado eficiente(EMH), según la cual el mercado es eficiente siempre, difícilmente entenderán la espantada de agosto. Una caída de mercado los primeros días del mes sin justificación económica solvente alguna, recuperada íntegramente en el propio mes. Volatilidad sin rentabilidad para aquellos inversores que no han efectuado movimientos, y pérdida cierta para los que malvendieron. Los que defendemos que la EMH se cumple a largo plazo, mientras que las denominadas finanzas del comportamiento (behavioral finance) impactan mucho a corto y medio plazo, no nos extrañamos.

El descenso global de los tipos de interés cortos, insignificante hasta ahora, y previsiblemente intenso en los próximos trimestres, reducirá el fuerte flujo comprador hacia los fondos monetarios, que han tenido unas entradas netas equivalentes al 18% de su patrimonio hasta junio. Los fondos de bolsa, pese a su gran rentabilidad, han tenido curiosamente rescates netos este año, nada habitual. Buenos tiempos para las bolsas, cuyos flujos además mejorarán, pero ¿para qué tipo de bolsas? Ello seguirá dependiendo de la evolución de los tipos de interés largos, que siguen sin estabilizarse, y cuya volatilidad media en el 2023 y el 2024, del 12,7% en el caso americano, es casi la misma que la de su bolsa, 13,2%, sumamente incongruente.

Artículo publicado en La Vanguardia el domingo, 01 de septiembre de 2024.