El pesimismo, los predicadores de las catástrofes y los oráculos de las crisis están a la orden del día. Pero como ocurría en el film de Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, El lado bueno de las cosas, siempre hay un punto de vista positivo ante situaciones complicadas. Y aquí entramos en la paridad euro-dólar alcanzada hace unos días.
En primer lugar, cabe destacar que, una divisa débil, en este caso la caída que lleva sufriendo el euro respecto al dólar, debería de hacer mucho más competitivas a las empresas europeas y, sobre todo, a las compañías más exportadoras como las alemanas. Asimismo, un euro débil incrementa el turismo extranjero en Europa, ya que viajar a los países de la zona euro será más económico.
La debilidad del euro afecta positivamente a los resultados de las filiales europeas asentadas en EEUU y, solo este efecto, debería de disparar los beneficios de dichas filiales.
Los valores más beneficiados por esta casuística, solo por la revalorización del dólar, podrían ser empresas como Bayer y las automovilísticas alemanas, y, en general, aquellas que en su cuenta de resultados Estados Unidos pese más de un 30%. En España, tenemos casos concretos como Grifols, ACS, Acerinox o incluso el Banco Santander y el BBVA por su exposición a Latinoamérica y a EEUU, entre otros.
Y es que las divisas de los países emergentes, como Brasil o México, también se han apreciado bruscamente respecto al euro, debido, principalmente, a la fuerte política de subidas de tipos que están llevando a cabo.
Por otro lado, es cierto que este aspecto positivo que tendría en la economía europea queda ensombrecido por el impacto negativo de la guerra y de los cuellos de botella en los procesos productivos derivados de la activación económica post-covid, que a día de hoy no están del todo resueltos, generando que importemos inflación.
Si analizamos macroeconómicamente el motivo por el que el euro está cayendo respecto al dólar, uno de ellos podría ser el drástico giro de la política monetaria que ha llevado a cabo la FED (Reserva Federal de Estados Unidos), con subidas agresivas de tipos y fuerte reducción de su balance, a fin de contener las fuertes presiones inflacionistas.
El BCE, por otra parte, está siendo mucho más cauto en cuanto al giro de su política monetaria, bajo la idea del “Wait and see”.
En este sentido, las compañías que podrían salir perjudicadas de esta nueva realidad de debilidad del euro son las que tengan más exposición a Europa, y poco o nada peso en EEUU, Brasil o México. De hecho, este tipo de compañías ya están descontando en los precios esa situación. El ejemplo claro está en Renault, cuya acción ya ha descontado el peor escenario.