El mercado bursátil se mueve entre dos polos, el de la O de ómicron y el de la I de inflación. En aquellos días en que predomina la O, las empresas farmacéuticas son las principales beneficiarias, y las turísticas, las más perjudicadas. En aquellos otros en que se impone la I, son las empresas value las que mejor se comportan en detrimento de las growth.
De la ómicron no puede sorprender ni que haya aparecido una nueva variante, propio de los virus, ni tampoco que esta siga la pauta de evolución darwiniana más habitual, según la cual se imponen aquellas mutaciones menos graves y más contagiosas en su propio interés. Los datos que hizo públicos Sudáfrica al respecto son contundentes. Se sabe ya también que las actuales vacunas son eficaces contra esta nueva variante, si bien en porcentajes menores que en la delta anterior, y que son especialmente efectivas en los casos graves. Igualmente se conoce que una tercera dosis de las vacunas ya disponibles restaura la plena efectividad. Por todo ello, cualquier disrupción económica temporal que pudiera causar la O sería necesariamente menor.
De la inflación, la buena noticia ha venido de la Reserva Federal norteamericana y del Banco de Inglaterra, que han demostrado una vez más liderazgo al anunciar ya sus subidas de tipos de interés. Probablemente sea esta la medida antiinflacionista más efectiva que exista, lo cual no significa que aun siendo necesaria sea suficiente. Mientras los tipos de interés reales no estén normalizados, cualquier subida de tipos será bien recibida. La lucha contra la inflación parece estar mucho más atrasada que la lucha contra el virus. Por ello debemos focalizarnos en la I.
La lucha contra la inflación parece estar mucho más atrasada que la lucha contra el virus. Por ello debemos focalizarnos en la I.
Artículo publicado en La Vanguardia el domingo 26 de diciembre de 2021