Marisa Mazo y Jesús Muela participan en el webinar “Alternativas de financiación para la empresa en un contexto de crisis” organizado por la Asociación Catalana de Empresas Familiares
“Será una crisis dura y profunda para España, con una salida lenta por la dependencia del sector turístico, pero el sector privado está mejor preparado que en la crisis anterior. Gracias a la empresa española, esto saldrá adelante”. Esa fue una de las aportaciones que realizó Marisa Mazo, subdirectora de análisis de GVC Gaesco Valores, y que resume el webinar “Alternativas de financiación para la empresa en un contexto de crisis” organizado por la Asociación Catalana de Empresas Familiares durante la semana pasada.
La responsable de banca de GVC Gaesco Valores también remarcó que una de las diferencias respecto a la crisis económica de 2008 es que el sector privado comenzó este periodo de frenazo económico “con los deberes mejor hechos, mientras que el sector público no”. “Desde 2013 hemos conseguido la cuadratura del círculo: aportación al crecimiento económico tanto de la demanda interna como de la demanda externa, con una balanza por cuenta corriente positiva”, apuntó.
Además, tanto hogares como empresas han reducido su endeudamiento de forma sustancial en la última década. “Empezar con un endeudamiento más bajo permite que nos podemos endeudar más ahora y que la banca no sufra tanto como sufrió en 2008”, recordó. Se trata de algo muy importante, ya que los apoyos del Gobierno de España están siendo menores que la del resto de países, según la subdirectora de análisis de GVC Gaesco Valores.
“El PIB va a caer en torno al 10%, según nuestras previsiones, aunque la cifra final dependerá de la salida. La recuperación en 2021 se espera que sea de entre el 5% y el 7%, dependiendo también de la profundidad de la caída”, argumentó Mazo.
En la conferencia también participó Jesús Muela, subdirector general de GVC Gaesco Valores, quien hizo una fotografía del estado de los inversores en estos momentos: “Los más conservadores han paralizado los procesos de inversión a la espera que durante las próximas semanas o meses disminuya el grado de incertidumbre, mientras que el resto de inversores piensan que el momento actual puede ser una oportunidad para tomar posiciones en el capital y la deuda de las empresas a valoraciones más atractivas que compensen el grado de incertidumbre”.
Sin embargo, más allá de esta diferenciación en los tipos de inversores, Muela concluyó que hay algo que no cambia, y es que éstos “siempre buscan oportunidades”. “Y en momentos de estrés como el actual, se exigen mejores valoraciones de entrada para compensar los posibles riesgos asociados a una mayor incertidumbre”