Las bolsas están muy fuertes. El año pasado la bolsa europea, índice Eurostoxx-50, subió casi un 25%, y nada más empezar el nuevo año se han producido dos situaciones tan especiales como son los ataques militares intercambiados entre EEUU e Irán, y recientemente la amenaza de pandemia en China. A pesar de todo ello, en el momento de escribir este artículo, la bolsa europea cae un exiguo 1,5%, y la bolsa americana sube un poco más de un 0,5%. ¿Será que los mercados están siendo racionales? Por supuesto que históricamente las amenazas de pandemia han sido excelentes oportunidades para cualquier inversor que compre mientras el tema sea aún noticiable, pero lo habitual es que esta situación hubiera producido descensos de mucho más calado, al incidir en la parte más emocional de los inversores. Más aún si esto sucede después de una subida tan fuerte como la del año pasado. Entonces, ¿qué está ocurriendo?
El crecimiento económico mundial se está intensificando, pasando de bueno a mejor, tal y como refleja el último informe del Fondo Monetario Internacional, y los resultados empresariales siguen siendo muy positivos, tal y como se desprende de los que están siendo actualmente publicados. Aun así en el pasado esto no ha sido suficiente para evitar descensos temporalmente importantes en las bolsas. La clave está en los flujos monetarios. Detectamos dos flujos compradores de mucho calado, por una parte el de aquellos inversores que vendieron a finales del año 2018, cuando pensaban que iba a venir una recesión, en lo que resultó ser un mero ajuste de inventarios, y por otra el de aquellos ahorradores a los cuales los tipos de interés reales negativos están transformando en inversores.
Artículo publicado en La Vanguardia del domingo, 02 de febrero de 2020